La falta de una metodología de trabajo: El talón de Aquiles de la productividad en la construcción
En el vertiginoso y altamente competitivo mundo de la construcción, donde los márgenes son estrechos y los plazos son ajustados, la eficiencia y la consistencia son imperativos para la supervivencia y el éxito
La falta de una metodología de trabajo: El talón de Aquiles de la productividad en la construcción
En el vertiginoso y altamente competitivo mundo de la construcción, donde los márgenes son estrechos y los plazos son ajustados, la eficiencia y la consistencia son imperativos para la supervivencia y el éxito. Sin embargo, con demasiada frecuencia, las empresas constructoras operan sin una metodología de trabajo clara y estructurada, lo que resulta en una productividad mermada, costos elevados y una calidad inconsistente. Un reciente estudio sobre la productividad en la industria de la construcción en Chile, realizado por la Cámara Chilena de la Construcción y McKinsey & Company, arroja luz sobre las consecuencias de la falta de una metodología de trabajo y la necesidad de adoptar enfoques más sistemáticos y disciplinados.
Los hallazgos del estudio son reveladores. En la muestra de empresas chilenas, se observa una amplia variabilidad en los niveles de productividad, incluso entre obras de una misma empresa. Mientras algunas logran resultados comparables con los referentes internacionales, otras se quedan significativamente atrás. Esta inconsistencia sugiere que, más allá de las condiciones externas o las tecnologías utilizadas, hay un factor crítico que muchas empresas están pasando por alto: la estandarización y optimización de sus procesos a través de una metodología de trabajo robusta.
La falta de una metodología de trabajo tiene múltiples manifestaciones y consecuencias. Una de las más evidentes es la variabilidad en la planificación y control de los proyectos. El estudio muestra que, aunque la metodología Last Planner es ampliamente conocida en la industria, su implementación es inconsistente. Solo el 34% de las empresas utiliza software especializado para la planificación y apenas el 40% mide sistemáticamente las causas de no cumplimiento. Esto resulta en una ejecución errática, donde los problemas se detectan y abordan de manera reactiva, en lugar de prevenirse de forma proactiva.
Otra área donde la falta de una metodología se hace evidente es en la gestión de la calidad. Según los datos de Calidad Cloud, un 10,2% de las actividades en obra gruesa y un 21,7% en terminaciones presentan observaciones en la primera revisión. Pero lo más preocupante es que solo la mitad de estas observaciones en obra gruesa y un tercio en terminaciones se resuelven y cierran. Esto sugiere que, en ausencia de un proceso estandarizado de control de calidad, los defectos tienden a acumularse y arrastrarse a lo largo del proyecto, generando retrabajos y costos adicionales.
Pero quizás el impacto más profundo de la falta de una metodología de trabajo se da en la capacidad de mejora continua de las empresas. Sin procesos estandarizados y métricas consistentes, se vuelve extremadamente difícil identificar y replicar las mejores prácticas, tanto dentro de la empresa como en la industria en general. Cada proyecto se convierte en una isla, donde las lecciones aprendidas y las innovaciones se pierden en la vorágine del día a día. Esta fragmentación del conocimiento impide el progreso sistemático y sostiene un status quo de baja productividad.
Entonces, ¿por qué persiste esta falta de metodología en tantas empresas constructoras? El estudio sugiere algunas causas:
1. Cultura de la improvisación: En muchas empresas, la presión por comenzar y avanzar rápidamente los proyectos lleva a saltarse la etapa de planificación y diseño de procesos. Se privilegia la acción sobre la reflexión, y la improvisación se convierte en el modo operativo por defecto.
2. Falta de estandarización: La industria de la construcción tiene una larga tradición de operar en base a proyectos únicos y equipos temporales. Esta naturaleza fragmentada dificulta la implementación de procesos estandarizados y la acumulación de aprendizajes.
3. Baja digitalización: La adopción de tecnologías digitales para la gestión de proyectos y procesos es aún incipiente en la industria. Muchas empresas siguen operando con sistemas analógicos y aislados, lo que dificulta la captura, análisis y diseminación de datos para la mejora continua.
4. Resistencia al cambio: Implementar una nueva metodología de trabajo implica cambiar hábitos y salir de la zona de confort. Muchas veces, existe una resistencia natural a este cambio, especialmente cuando los beneficios no son inmediatamente visibles.
Ante este escenario, es imperativo que la industria de la construcción en Chile aborde la falta de metodología como un desafío estratégico. Esto requiere un enfoque integral, que abarque desde la estandarización de procesos y la digitalización hasta la gestión del cambio y la cultura organizacional.
Algunas iniciativas sugeridas por el estudio incluyen: la adopción de metodologías ágiles y lean para la planificación y ejecución de proyectos; la implementación de sistemas digitales integrados para la gestión de procesos y la toma de decisiones basada en datos; y la creación de comunidades de práctica y programas de capacitación para difundir las mejores prácticas y fomentar la mejora continua.
Pero más allá de las herramientas y técnicas específicas, el cambio más importante debe darse a nivel de mentalidad y cultura. Las empresas deben entender que la excelencia operacional no es un lujo, sino una necesidad para competir en el nuevo entorno. Deben estar dispuestas a invertir tiempo y recursos en el diseño y mejora continua de sus procesos, aún cuando los beneficios no sean inmediatos. Y deben fomentar una cultura de aprendizaje y colaboración, donde los errores se vean como oportunidades de mejora y las buenas prácticas se compartan abiertamente.
Solo así podrán las empresas constructoras en Chile desarrollar y aprovechar todo el potencial de una metodología de trabajo sólida y adaptada a sus necesidades. En un mundo donde el cambio es la única constante, aquellas que logren combinar la creatividad y la experiencia de sus equipos con la disciplina y la eficiencia de sus procesos serán las que construyan un futuro más productivo y sostenible para toda la industria.
1. ¿Cuáles son los principales obstáculos para la adopción de metodologías de trabajo estandarizadas en las empresas constructoras, y cómo pueden superarse?
2. ¿Cómo pueden las empresas constructoras fomentar una cultura de aprendizaje y mejora continua, donde la experimentación y la innovación sean valoradas y promovidas?
3. ¿Qué rol pueden jugar las asociaciones gremiales y las instituciones académicas en la difusión y validación de las mejores prácticas metodológicas para la industria de la construcción?