La falta de control en construcción: Un obstáculo para la productividad y la excelencia
En el dinámico y complejo mundo de la construcción, donde múltiples actores, procesos y variables interactúan en un delicado equilibrio, el control emerge como un factor crítico para asegurar el éxito de los proyectos.
En el dinámico y complejo mundo de la construcción, donde múltiples actores, procesos y variables interactúan en un delicado equilibrio, el control emerge como un factor crítico para asegurar el éxito de los proyectos.
Sin embargo, con demasiada frecuencia, esta función esencial es descuidada o aplicada de manera inconsistente, con consecuencias nefastas para la productividad, la calidad y la rentabilidad. Un reciente estudio sobre la productividad en la industria de la construcción en Chile, realizado por la Cámara Chilena de la Construcción y McKinsey & Company, arroja luz sobre el impacto de la falta de control y la necesidad de abordar este desafío de manera sistemática.
Los hallazgos del estudio son preocupantes. Según los datos de Calidad Cloud, un 10,2% de las actividades controladas en obra gruesa y un alarmante 21,7% en terminaciones presentan observaciones en la primera revisión de calidad. Pero lo más inquietante es que solo la mitad de estas observaciones en obra gruesa y un tercio en terminaciones se reportan como resueltas. Esto sugiere que, no solo los problemas de calidad son frecuentes, sino que también tienden a persistir a lo largo del proyecto, generando un impacto acumulativo en los costos, plazos y satisfacción del cliente.
Pero la falta de control no solo afecta la calidad. También tiene un efecto dominó en otras dimensiones clave del proyecto. Por ejemplo, el estudio muestra que la productividad en la etapa de terminaciones está más fuertemente correlacionada con el resultado final de la obra que la productividad en obra gruesa. Esto sugiere que, en la medida que los problemas de calidad y control se arrastran hacia las etapas finales, su impacto en la productividad global se amplifica.
Además, la falta de control alimenta una cultura de la improvisación y el desperdicio. Un hallazgo revelador del estudio es que, en los resultados de las obras, rara vez se reporta el costo de los retrabajos. Esto significa que estos costos, que pueden ser significativos, a menudo quedan ocultos en partidas genéricas o gastos generales, dificultando su identificación y gestión. Esta falta de visibilidad perpetúa un ciclo vicioso, donde los problemas no se abordan de raíz y se convierten en una carga recurrente para los proyectos.
Entonces, ¿cuáles son las causas detrás de esta falta de control? El estudio sugiere varias hipótesis:
1. Procesos fragmentados: En muchas obras, los procesos de control son fragmentados y desconectados de las actividades diarias. No existe un flujo continuo de información entre la planificación, la ejecución y el control, lo que dificulta la detección y corrección oportuna de desviaciones.
2. Falta de estandarización: A pesar de la existencia de herramientas y metodologías probadas para el control de calidad, como las listas de verificación o los protocolos de inspección, su aplicación es inconsistente entre proyectos e incluso dentro de la misma empresa. Esta falta de estandarización dificulta la comparabilidad y el aprendizaje entre obras.
3. Baja digitalización: El estudio revela una baja adopción de tecnologías digitales para el control en terreno. El predominio de procesos manuales y basados en papel dificulta la captura, procesamiento y análisis de datos en tiempo real, lo que a su vez limita la capacidad de tomar decisiones informadas y oportunas.
4. Cultura reactiva: En muchas empresas, el control es visto como una actividad punitiva y no como una herramienta de mejora continua. Esto fomenta una cultura reactiva, donde los problemas se abordan solo cuando ya han escalado, en lugar de prevenirse de manera proactiva.
Ante este escenario, es imperativo que la industria de la construcción en Chile aborde la falta de control como un desafío estratégico. Esto requiere un enfoque integral, que abarque desde la estandarización de procesos y herramientas hasta la digitalización y el cambio cultural.
Algunas iniciativas sugeridas por el estudio incluyen: la implementación de sistemas digitales para la trazabilidad y el control en tiempo real, como códigos QR y sensores IoT; la estandarización de protocolos de calidad y listas de verificación a nivel de empresa y proyecto; y la integración del control en los flujos de trabajo diarios, desde el diseño hasta la entrega.
Pero más allá de la tecnología y los procesos, el cambio más importante debe darse a nivel de mentalidad. Las empresas deben entender el control no como un gasto, sino como una inversión en calidad, eficiencia y satisfacción del cliente. Deben fomentar una cultura de la excelencia, donde la prevención y la mejora continua sean la norma. Y deben empoderar y capacitar a sus equipos para que sean agentes activos del control, en lugar de receptores pasivos.
Solo así podrán las empresas constructoras en Chile romper el círculo vicioso de la falta de control y desatar todo el potencial de una gestión proactiva y basada en datos. En un entorno cada vez más competitivo y exigente, aquellas que logren dominar esta disciplina no solo reducirán sus costos y riesgos, sino que también construirán una ventaja competitiva duradera basada en la excelencia operacional.
Preguntas para la discusión:
1. ¿Cuáles son las barreras más comunes para la implementación efectiva de sistemas digitales de control en las obras, y cómo pueden superarse?
2. ¿Cómo pueden las empresas constructoras fomentar una cultura de la excelencia, donde la prevención y la mejora continua sean la norma en todos los niveles de la organización?
3. ¿Qué competencias y habilidades deben desarrollar los profesionales de la construcción para ser agentes efectivos del control, y cómo pueden las empresas y las instituciones educativas colaborar para formar estos perfiles?